jueves, octubre 23, 2008

Die Propheten por Gustav Holscher

Según los estudios de Holscher sobre las tradiciones bíblicas: 

"Las tradiciones relativas a los Nebi'im (profetas) nos presentan a estos personajes y a las compañías de 'hijos de profetas' que parecen haber formado como grupos de energúmenos dados a los ejercicios y a la suerte de gimnasia religiosa apta para provocar, por los procedimientos usuales, el éxtasis colectivo y las extrañas manifestaciones que acompañan la entrada en trance... 

El hebreo posee una palabra que significa 'hacer el nabi' y que corresponde a la griega que nosotros traducimos como 'hacer el bacante'.

Samuel envía a su joven hijo Saúl a preguntar al adivino por la suerte de las borricas. "Y he aquí que cuando llegues al Collado-de-Dios..., te encontrarás con una banda de Nebi'im, bajando del alto lugar, llevando ante ellos una lira (nebel) y un tambor (toph), una flauta (halil) y un arpa (kinnor), y haciendo nabi. Y el espíritu de Yahvé se posará sobre ti y harás nabi con ellos y te transformarás en otro hombre... Llegaron al Collado y vieron ante sí una banda de Nebi'im y el Espíritu de Dios vino a él e hizo nabi entre ellos..." (I Sam, 10,5.)

Samuel se convierte en jeque de los Nebi'im y director de sus ejercicios. David se refugia en los "aposentos" de Rama, junto con Samuel. Saúl envía unos emisarios para que se apoderen de él. "Se vio la lahgah (sesión) de los Nebi'im haciendo nabi y Samuel, de pie, presidiéndolos y el Espíritu de Dios se posó sobre los emisarios de Saúl y también ellos hicieron nabi." Saúl envía otros emisarios, otros más tarde y todos caen bajo el contagio frenético. El rey se dirige entonces, personalmente, a los aposentos de Rama. "Y el Espíritu de Dios cayó sobre él; y se fue por el camino e hizo nabi, hasta que entró también en los aposentos de Rama y se despojó de sus vestiduras e hizo nabi ante Samuel y permaneción yaciendo desnudo todo el día y toda la noche. Por ello se dice: también Saúl entre los profetas." (I Sam, 19, 18-24)

La expresión "Hacer nabi" connota de modo tan completo la idea de delirio frenético y de posesión que, en la misma historia, Saúl quiere matar a David en un acceso de furor. "Un mal de espíritu de Dios se apoderó de él e hizo nabi." (I Sam, 18, 10.)