sábado, octubre 18, 2008

Peligro y oportunidad


En su documental sobre el calentamiento global, Al Gore hace énfasis en la composición que hacen los chinos para representar una crisis a través de la unión de dos ideogramas: peligro y oportunidad.

El calentamiento global es en efecto una crisis ambiental muy seria; a ella se adhieren otras de igual trascendencia : las crisis de abastecimiento de agua potable, crisis de alimentos básicos, crisis financieras, crisis en el mercado laboral, crisis en el sistema educativo, crisis energética, crisis de inseguridad, entre otras.

Los peligros que las acompañan son de toda índole: hambrunas, guerras, miseria, enfermedades físicas y mentales, desinformación e injusticias, delincuencia organizada y desorganizada; en resúmen, la extinción lenta o rápida de muchas especies, la nuestra incluida.

¿Y las oportunidades? Surgen justo del miedo. No todos los miedos son como el pánico que paraliza, aterra, inutiliza al que lo padece. Entre todos los niveles de miedos, hay algunos muy sanos, que consisten en una toma de conciencia analítica de los problemas por resolverse. Al sentir dichos miedos se impulsa en nuestros cerebros la búsqueda y creación de nuevas formas de organización social, lo cual implica reacomodar las prioridades, retomar valores descuidados, abrir espacios de coparticipación, identificar y eliminar malos hábitos, rediseñar estrategias para cumplir metas de forma eficaz, denunciar prácticas inaceptables.

En el mismo sentido, sin la aparición de miedos sanos, los comportamientos inadecuados e incluso autodestructivos pueden perdurar a lo largo de generaciones tras generaciones sin ser considerados un estorbo para la evolución de la humanidad. Prender focos rojos que alerten a la población en un momento clave resulta entonces indispensable. Ten miedo a desaprovechar tu vida, ten miedo a ser ignorante, ten miedo a repetir tus errores de forma sistemática, ten miedo a hacer daño a los demás aunque sea por negligencia, ten miedo a ser injusto, ten miedo a destruir lo que no entiendes, ten miedo a sufrir estúpidamente, ten miedo a abusar de tu posición, ten miedo a no ser digno de tu inteligencia y capacidades, ten miedo a no buscar cambios para mejorar.

Salir de rutinas para entrar a terrenos inciertos con algún grado de dificultad, así como desplazarse en ellos, puede ser desconcertante para algunos, aterrador para otros. Sin embargo, sólo a través de esta práctica es posible desarrollar las habilidades que permitirán enfrentar situaciones aún más complejas, pero deseables y necesarias si pretendemos alcanzar estados de bienestar individual y social más equilibrados.