miércoles, marzo 30, 2005

Curioseando

Cuando niño solía hacerme preguntas un cuanto curiosas un tanto ególatras. Si alguna maestra preguntaba sobre la posición geográfica de algún país, los demás estudiantes se apresuraban a contestar completamente convencidos de la respuesta; yo me decía, qué tal si todo esto fuera una gran mentira o un gran error que quieren hacerme creer. Aún sabiendo que la probabilidad que todos se hubieran puesto de acuerdo para verme la cara era tan pequeña como la motivación que tendrían para hacerlo, no era totalmente idiota no descartar la duda. En cualquier caso, siempre me costó trabajo dar por evidentes las constataciones que te presentan todos los días en todas partes: fumar impide el crecimiento, hacer bizcos combinado con un aire frío mientras le haces al tonto te deja los ojos chuecos, los robachicos son todo adulto que te ofrece un dulce a la salida de la escuela y te ofrece subir a su coche para darte regalos, y es muy posible que te acabe cortando en pedazos si aceptas, las drogas son malas pero el alcohol solo es un vicio, entre más diplomas tengas se puede esperar de ti un mejor desempeño profesional, casarse es bueno y quedarse soltero es malo, el sexo sin amor es a evitarse, la gente es egoista por naturaleza, sólo hay un dios y sabe todo lo que haces y hasta lo que no haces pero tan sólo consideraste hacer, la vida entre más dure mejor, la desigualdad es algo natural y hasta tiene sentido, la propriedad privada es parte de un sistema que hay que defender hasta la muerte. Curioso: aquel que busca averiguar lo que no le importa; algo así dice la definición de diccionarios.com. Averiguar, investigar, conocer, descubrir, experimentar, comprender, asimilar. ¿Y qué tal si el arte de curiosear fuera la más esencial de las actividades a la que nos pudieramos dedicar?