martes, septiembre 13, 2005

aleteando...

Lo más dificil es saber cuándo y por qué parar. Uno dice, tengo que probar, aunque sea una sola vez. La formación teórica dura meses, luego viene el gran día. Aún no es un verdadero salto con aceleración y todo, pero es una paso necesario: hay que salir del avión en buena posición y una cinta enganchada al avión abre el paracaidas casi al mismo tiempo que uno sale por la puerta; el tiempo que transcurre entre la salida del avión y la apertura total del paracaidas no excede 5 segundos. Si en el video se ve una posición correcta lo siguiente es mostrar un nivel de conciencia y de rápida reacción; para ello se efectúan dos nuevos saltos en apertura automática, pero ahora hay que salir del avión y simular un gesto de abrir el paracaidas, los dos brazos intervienen en un movimiento compensado que debe permanecer estable. Es obvio que estos cuatro primeros saltos son de lo más excitantes en sí. La principal motivación sigue siendo descubrir la caída libre, que si todo sale bien viene la quinta vez que uno se pone el paracaidas en la espalda y sube al avión. Ese salto es el más impresionante (aunque muy seguido se aterriza con la sensación de que todos los saltos anteriores fueron nada a comparación del recién realizado). Todavía no se hace nada aparte de contar hasta 10 y abrir, pero esos 10 segundos están llenos de todo tipo de sensaciones que van desde miedo y angustia hasta euforia y enajenación total, pasando por estados de conciencia-semiconciencia-nirvana que cambian tan rápido como el cuerpo acelera y desacelera (de 110 kilómetros por hora en horizontal y cero en vertical a la salida del avión se pasa a 200 kilómetro por hora en vertical y cero en horizontal en menos de 10 segundos, y justo en ese momento la apertura del paracaidas reduce a casi cero la velocidad vertical y crea una nueva velocidad horizontal controlable). Ese primer salto se realiza a 2500 metros. Lo que sigue es aprender a usar el altímetro, ubicado en la muñeca izquierda, que se debe leer con un gesto simétrico de los brazos para no perder estabilidad. Un nuevo salto sirve para aprender a girar y a frenar. Cada nuevo brinco se hace a una altura superior hasta alcanzar los 4100 metros y en ese nivel todas las salidas del avión son permitidas, lo cual deja la imaginación trabajar al infinito. Sin embargo, el verdadero deporte aún no ha empezado ya que cuando uno salta solo es como estar en medio de un estadio lleno, con un balón, bien entrenado, pero sin otros jugadores. Los saltos en grupo vienen después de pasar una serie de pruebas que un instructor pedirá en una serie de 6 a 10 saltos donde se deben mostrar habilidades de comunicación y de desplazamiento controlado. Una vez autorizado, saltar solo pierde todo interés y la nueva pasión se llama vuelo relativo (figuras formadas por grupos de 2 a 400 paracaidistas).

lunes, septiembre 12, 2005

De l'importance de l'absurdité sartrienne

C'est précisément parce que le monde est absurde que l'homme est libre, parce que le monde n'a pas de signification en lui-même que l'homme va pouvoir donner au monde le sens qui lui convient. L'homme est créateur de sens.