No hay nada ya
París ha decidido no darme ni un regalo más. Seis años de servirme de todo el menú, y de pronto se termina el servicio. Tenga señor, un postre para llevar, pero por favor permita que alguien más ocupe su mesa, hay gente esperando. Me levanto, las piernas entumidas, y decido dar un último paseo para buscar un café que me permita digerir un poco. Entre Odeon y rue Monge recorro por última vez mis salas favoritas de cine d'art et d'essai. En Saint Michel me instalo en un café y confieso todo a la mujer detrás de la barra : fue una gran experiencia, muy intensa... pero de París, ya (ob)tuve lo suficiente.
1 Comments:
Pues México, yo al menos, te espera con los brazos muy abiertos y con muchas ganas de verte de vuelta. Tu tierra es cálida y la gente de por acá te esperamos. Despídete con alegría que lo que viene siempre es más chido! Te quiero.
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