martes, noviembre 13, 2007

De supuestos manipuleos y oídos sordos


El día de hoy alrededor de 27000 estudiantes participaron en más de 40 asambleas generales en Francia para decidir sobre las acciones que buscarán impedir las diferentes reformas institucionales, educativas, laborales y sociales propuestas por el presidente Sarkozy y sus ministros. Tras arduas discusiones, las sesiones de votos abiertos condujeron al bloqueo, total o parcial, de 20 universidades (Metz, Brest, Amiens, Paris VIII, Bordeaux III, Lille I, Lille III, Toulouse II-le Mirail, Montpellier III, Caen, Nantes, Tours, Pau, Limoges, Paris I-Tolbiac, Lyon II entre otras). Un argumento común entre los no involucrados en el movimiento es el mismo que durante siglos ha sido presentado ante cualquier movimiento de insurrección : hay una gran manipulación, especialmente dirigida hacia los jóvenes inconscientes de sus actos y deseosos de relajo ! Cada que escucho ese argumento me quedo anonadado... es casi tan grave como aquel que dice que los pobres son pobres porque quieren. A partir de mañana mismo (generalización de huelgas y primeras grandes manifestaciones) saldré a recorrer las calles, los debates de café, los mítines en plazas, cafés y anfiteatros; mi único propósito sera de probar a través de imágenes de miradas, de expresiones corporales, de presencia y temple, que los universitarios, aún esos que apenas pasan la mayoría de edad, no son unos retrazados mentales que van a agarrarse a golpes con la policía únicamente porque quieren tener su propio 'mai 68' para después poder contar que estuvieron allí. Cada uno de los argumentos de los grupos involucrados merece ser escuchado, debatido e integrado en los análisis académicos, de la iniciativa privada, y por supuesto al interior de los despachos ministeriales. La juventud de hoy no está menos informada ni es intelectualmente más perezosa que la de ayer; al contrario, las nuevas formas de difusión permiten una mayor transparencia en la organización de la revuelta, tanto en el fondo como en la forma. Los oídos sordos del ala conservadora no conseguirán más que atizar la mecha y eventualmente conducir a una espiral de violencia, de la cual será el principal responsable.