jueves, octubre 18, 2007

libertad de prensa y lucha contra la immigración

Ya va para dos semanas, pero ésta tenía que contarla. Como todo el mundo ha podido leer en la prensa de los últimos meses, el nuevo gobierno francés utilizó como un arma durante la campaña electoral la estigmatización de la inmigración clandestina. El tema es delicado y divide a la población, en particular estas últimas semanas en que se ha intentado aprobar una ley que impondría pruebas genéticas a las familias que desean entrar a territorio francés para encontrar a sus familiares instalados legalmente. Las redadas contra extranjeros se han multiplicado en todo el país para conseguir el propósito de N. Sarkozy de expulsar a por lo menos 25 mil inmigrantes clandestinos. La policía recorre los barrios mas frecuentados por africanos y asiáticos para sacarlos de las tiendas, de sus casas, en las salidas de las escuelas. En casos extremos, mujeres y niños se han aventado por las ventanas intentando no ser arrestados y han encontrado la muerte. Hace unos días paseaba con mi cámara por el barrio más tranquilo de esta ciudad (Saint Germain de Près), que es donde he enseñado y donde realicé mi tesis doctoral durante los últimos 6 años. En un andén del metro, del otro lado de las vías, vi alrededor de 15 policías pateando a una persona en el suelo. Saqué mi cámara rápidamente y cometí el error de lanzar una ráfaga, lo cual provocó que el ruido del obturador llamara la atención del jefe de la patrulla que inmediatamente hizo señas al conductor del metro que llegaba de mi lado para que no se le ocurriera continuar su camino. Imaginándome la que me esperaba, subí al metro recién llegado y traté de perderme entre los pasajeros. Inútil, los policías recorrían vagón por vagón en mi búsqueda. Después de algunos minutos dieron conmigo y me invitaron a bajar a la vía. Con la mayor tranquilidad saqué de mi cartera mi credencial de profesor de Sciences Po, la más prestigiosa institución de este país. Poco les importó, durante más de media hora tuve que someterme a un interrogatorio de parte de varios policías al tiempo que uno de ellos verificaba mis datos en la prefectura. Alzando la voz me reprocharon no respetar el derecho a la imagen ! me obligaron a borrar cada una de las fotos frente a ellos y me interrogaron sobre lo que pretendía hacer con las imágenes. Cuando al fin pudieron corroborar mi status legal de científico en la prefectura sólo me dijeron, te puedes ir. Ese día casi me arrepentí de haber escogido este país para continuar mis estudios hace 7 años.