miércoles, junio 13, 2007

Las catacumbas de París

Un laberinto subterráneo permite atravesar todo el sur de París a través de cientos de pasillos tan angostos que dos personas tendrían dificultades para caminar hombro contra hombro, y tan bajos en altura que el que los recorre debe alternar entre doblar las rodillas y el cuello hasta echarse a gatas y por momentos arrastrarse como un soldado bajo los alambres de púas. Las catacumbas de París existen desde hace más de ocho siglos, y originalmente fueron simplemente la fuente de la piedra calcaria que permitión la construcción de los primeros grandes edificios y puentes de la ciudad. Después de una serie de derrumbes dramáticos, el gobierno dedició cubrir los pasillos subterráneos. Muchos años después el metro (-20m) y el drenaje (-30m) de la ciudad se contruyeron justo entre la superficie y las catacumbas (-40m). Una pequeña comunidad llamada los catafilos se heredaban de generación en generación los planes detallados que permitian recorrer la ciudad bajo tierra equipados de una lampara frontal y de combinaciones de hule para mantenerse secos incluso en las partes donde el agua cubre casi la totalidad del tunel. Algunos estudiantes de arte decidieron reproducir sus pinturas preferidas en los muros de las diferentes salas que sirven para organizar fiestas muy privadas. Miles de huesos humanos se encuentrar dispersos a la altura del cementerio de Montparnasse. Algunos letreros en alemán decoran lo que fueron refugios de los ocupantes durante las dos grandes guerras del siglo XX. Hace pocos años los planes comenzaron a circular en Internet y el acceso a ese mundo paralelo se ha democratizado : ya no es necesario convencer a un catafilo de sacar sus planes de debajo del colchón y de organizar una visita clandestina.