miércoles, diciembre 08, 2004

Treinta años de infancia

Mi último día antes de dejar los veinte atrás. Hay quienes me dicen que es una edad interesante. No sé lo que haga las edades más o menos interesantes y desde el punto de vista de quién. Es claro que hay un efecto psicológico el hecho de que la cifra ya no empiece con un dos sino con un tres. Algo por ahí habla de la mitad de la vida, por lo menos de la vida activa. Ciertos conceptos suelen acompañar los treinta años, tales como madurez, responsabilidad, estabilidad, independencia, sentar cabeza, claridad de proyectos. No entiendo bien si es algo que la sociedad impone o mas bien el resultado de un proceso natural que de una forma casi puramente biológica altera el funcionamiento y la actividad mental en general, al grado de conseguir los cambios necesarios para observar esos nuevos aspectos, o no tan nuevos, de una personalidad. Lo que es un hecho es que me encuentro en un momento crítico de mi vida, sin que ello indique que las otras etapas de mi vida fueron menos críticas; al menos no siento haber entrado en una etapa estable donde el futuro ya esté de cierta forma ganado. Puedo ver algunos cambios que me han ido ocurriendo en los últimos años que efectivamente podrían llevarme a pensar que la tendencia es similar a las expectativas externas con respecto a esta etapa de la vida. Por otro lado, hay fuerzas internas que no aceptan fácilmente el abandono de ciertos aspectos de la personalidad que están fuertemente ligados con las emociones primarias innatas u obtenidas en una primera infancia. De cierta forma el juego es una cuestión de aprender a manejar a un niño interno que hace lo posible por no perder lo que cree que es el control de las diferentes circunstancias a las que se enfrenta, aún cuando dicho niño reconoce que poco a poco ha sido depasado por los eventos para ir siendo remplazado por ciertas normas de conducta y de pensamiento adquiridas a través de la experiencia. Después de todo lo vivido en los últimos años, mi optimismo no ha dejado de aumentar en casi todos los aspectos, tanto en lo profesional como en lo relacional y lo emocional. Siento que ha habido todo tipo de progresos y que los seguirá habiendo. Por lo pronto, solo me quedan unos segundos de mis 29 años antes de empezar mi cuarta década de vida, y quería simbólicamente que ésta empezara conmigo escribiendo y no leyendo. Decidí que ahora será mucho más equilibrado en mi vida la parte que entiende y la parte que explica. Ya tengo treinta años de edad y algo en mi me exige compartir mis ideas, teorías, intuiciones, así como una forma particular de expresarlas, de una forma más amplia. Me ocuparé en los próximos meses de crear un estilo particular de manera a empezar a distinguirme como narrador, y eso se seguirá perfeccionando a lo largo del tiempo.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Me hubiera encantado haber conocido esta parte de ti, siempre pensé de ti como alguien muy interesante. Suerte en esta nueva etapa de tu vida, con todo corazón te deceo éxito, amor y buena salud.

Vony

6:33 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Hermano, como alguien que conoce al niño que mencionas, es para mi difícil
entender el cambio que esperas alcanzar. La razón: siempre ha sido parte de ti
el ampliamente compartir tus "ideas, teorías, intuiciones...", etc. Aunque
definitivamente entiendo el cambio psicológicamente percibido.

Ricardo

11:21 a.m.  

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